La mística no está más allá de Dios y del mundo. La mística es Dios y mundo, una unidad indivisible. Pero esto no significa la abolición de la tensión entre los dos polos. Es la tensión entre un extremo de la vara y el otro. Es la tensión entre mar y ola, entre rama y árbol. Por eso, tampoco se consideran equivalentes Dios y ser humano. El mar se revela como ola.Uno puede dirigirse separadamente al mar y a la ola, pero su esencia es agua. La mano tiene dos caras. Mirándolas con la razón, habrá que mirar primero una cara y luego la otra. Desde el interior, ambas caras se experimentan como una. Por ello, se trata al mismo tiempo de la experiencia del completo vacío y de la plenitud total. (de W. Jäger. La ola es el mar).
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