Artes de Entrenamiento...

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viernes, 1 de marzo de 2013

Las 6 Perfecciones.

El término “vehículo” es una traducción del sánscrito yâna que se utiliza como metáfora para comparar el mensaje de cada una de las grandes corrientes del budismo con un navío que lleva a los adeptos a través del río del dolor y de las reencarnaciones hacia el resplandeciente puerto del nirvâņa, indicando el medio por el cual la gente es conducida desde “esta orilla” de desilusión a la “otra orilla” de iluminación.
La clasificación básica incluye dos vehículos: Hînayâna y Mahâyâna, si bien existen otras variantes con tres vehículos. El Mahâyâna es nombrado como Bodhisattvayâna, (Vehículo de los Bodhisattva).
Las 6 perfecciones, donación, moralidad, clemencia, esfuerzo, meditación y sabiduría.
Puntos de diferencia entre los “dos vehículos” Cuando Śâkyamuni alcanzó la iluminación dudó algún tiempo antes de presentarse como “el despierto” (Buddha) y consagrarse de lleno a predicar su doctrina. Dos posibilidades se abrieron ante él: una, la de conservar su conocimiento para sí y absorberse en el nirvâņa; la otra, la de permanecer en este mundo y hacer partícipes de su sabiduría a todos los seres, movido por la “compasión” (karuņâ) hacia ellos. El término karuņâ, que se traduce normalmente por “compasión”, no significa en absoluto enternecerse o apiadarse de alguien; más bien, sería sinónimo del concepto que en Occidente se traduce por amor. Es sabido que Buda concedía una importancia principal a este concepto desarrollado posteriormente en la vertiente Mahâyâna, pues afirma en una de sus sentencias: “Solamente la virtud da un buen karma y la mayor de todas las virtudes es la compasión (karuņâ)”.
En el Majjhima-nikâya XXVI se pueden leer los siguientes versos que, según se dice, surgieron repentinamente en la mente de Buda: ¿Predicaré lo que con tanto esfuerzo conseguí? Los hombres, hundidos en pecado y deseos, encontrarían difícil sondear esta doctrina, siempre a contracorriente, abstrusa, profunda, sutilísima, difícil de captar. Sus amados deseos los cegarán hasta el punto de no ver, sumidos en la niebla espesa de la ignorancia.
En el mismo sûtra, se citan a continuación estas reflexiones de Buda: (…) Mientras así ponderaba, mi corazón se sintió inclinado a permanecer tranquilo y a no predicar mi doctrina. Pero la mente de Brahma Sahampati llegó a advertir los pensamientos que llenaban mi mente y pensó: “El mundo está perdido, totalmente perdido mientras el que halló la verdad siga determinado a no predicar su doctrina”. Por tanto, con la misma rapidez con que un hombre robusto puede extender su brazo o recoger su brazo extendido, Brahma Sahampati desapareció del mundo de Brahma y apareció ante mí. Llegó ante mí con su hombro derecho desnudo, y con sus manos ungidas y extendidas hacia mí en gesto de veneración, dijo: “Sea grato al Señor, sea grato al Bienaventurado predicar su doctrina. Hay seres cuya visión sólo está un poco oscurecida, que perecen porque no escuchan la doctrina. ¡Estos la comprenderán!
Estas dos son las actitudes fundamentales que, según interpretan algunos especialistas de las doctrinas budistas, se corresponderían respectivamente con el budismo Hînayâna (Pequeño Vehículo) y el Mahâyâna (Gran Vehículo). Mientras el budismo Hînayâna se extendió por el sur de India, subsistiendo actualmente en Sri Lanka, Myanmar, Camboya, Laos y Tailandia, el Mahâyâna prosperó en el norte de India, Tíbet, China, Vietnam, Mongolia, Corea y Japón.
El Mahâyâna, literalmente el gran, o superior, vehículo, combina los dos objetivos de auto-perfección y la iluminación de los demás seres humanos. A diferencia de la visión Hînayâna que trata de obtener la iluminación para uno mismo liberándose del Samsâra, para los seguidores del Mahâyâna tal consecución no merece la pena a menos que otros también sean guiados e iluminados...
Frente al ideal del Hînayâna, que exalta la condición del “héroe” o “asceta” (arhat), el budismo Mahâyâna propone el ideal del “ser iluminado” (bodhisattva). - La doctrina Mahâyâna se desarrolló religiosa y filosóficamente en torno al ideal del bodhisattva, término que significa “bien fijado sobre (sakta) la iluminación” Aunque perfectamente iluminado, el bodhisattva es un ser que pospone su entrada en el nirvâņa y permanece en la tierra para poder ayudar a otros seres a alcanzar la iluminación. Aquí aparece una novedosa concepción en la que se manifiesta que la iluminación, más que un ideal de "auto-perfección",... es un medio de ayudar a otros a obtener dicha perfección...!
En realidad, según el budismo Mahâyâna, todos los seres sintientes participan de la naturaleza de Buda y se encuentran capacitados para alcanzar esa iluminación, de modo que el ideal del bodhisattva se encuentra en relación con esta enseñanza básica del Mahâyâna.A causa de esta ayuda prestada a los demás seres en su camino de salvación, ......los bodhisattva disfrutan de un culto y son venerados en segundo lugar, sólo después del mismo Buda.- Los seguidores del Mahâyâna consideran esta perspectiva de carácter altruista, la vía del bodhisattva, como el centro de las diferencias entre los dos vehículos.
Insatisfechos con lo que ellos consideraban un exclusivo enfoque en la perfección individual de los seguidores del Hînayâna, que fundamentaban su doctrina en las Cuatro Nobles Verdades y en el Óctuple Sendero, los seguidores del Mahâyâna desarrollaron una nueva doctrina, las Seis Perfecciones, que sería
el núcleo de la práctica del bodhisattva. Las Seis Perfecciones (donación, moralidad, clemencia, esfuerzo, meditación y sabiduría) no sólo encierran todas las prácticas del Óctuple Sendero, sino que añaden además dos prácticas altruistas que tienen que ver con una dimensión social: donación y clemencia. Con el paso del tiempo, la corriente de budismo Mahâyâna, más tolerante que la Hînayâna, tuvo un superior número de seguidores debido a la gran variedad de “métodos” (upâya) que propone para alcanzar el nirvâņa o “supremo despertar”: amidismo, budismo tibetano, tantrismo, sistema de Nâgârjuna, etc.
Suzuki Daisetz sondeó las características que establecen las diferencias de las enseñanzas del budismo Mahâyâna con respecto a los otros vehículos budistas: Si se quisiera resumir el mahayanismo en una sóla palabra, podría decirse que su característica fundamental es el desarrollo teórico-especulativo. El budismo enseña, generalmente, tres formas de disciplina: moral, contemplativa e intelectual, la última de las cuales parece haber sido especialmente enfatizada por los mahayanistas, mientras que la disciplina moral se ha convertido en el rasgo principal del budismo del sur.
"El Despierto"
Seguidamente, Suzuki expone una puntualización en la que hace referencia directa a la corriente budista de Meditación: “Todas las escuelas budistas reconocían la importancia del bodhisattva. Pero los mahayanistas proclamaron la superioridad del bodhisattva sobre el arhat, ya que el segundo no está completamente liberado del “yo” y de ello es prueba que busca el nirvana para sí sólo”.
Claro está que los seguidores del Mahâyâna no han olvidado los otros aspectos del budismo distintos al intelectual, pues la práctica de dhyâna conserva todavía su plena vigencia; efectivamente, hay una escuela en Japón y China que lleva precisamente este nombre, dhyâna, y que ejerce una notable influencia especialmente en los ambientes cultos, pero, no obstante, sigue siendo cierto que el budismo Mahâyâna es básicamente el desarrollo de una corriente del budismo –la intelectual, especulativa y filosófica–, mientras que el Hînayâna preserva sus ideales éticos. Dhyâna, Jhâna, Ch’an y Zen, utilizados indistintamente por Suzuki, son los términos sánscrito, pali, chino y japonés, respectivamente, para designar el mismo concepto. Suzuki se refiere aquí, pues, al budismo de Meditación. Sobre las denominaciones propuestas para diferenciar estas dos ramas del budismo (Hînayâna- Mahâyâna). Pese a todas las diferencias existentes, puede decirse que lo que constituye el objetivo esencial del budismo Mahâyâna, al igual que el del budismo Hînayâna, es la realización efectiva de la iluminación, y su “filosofía” tiene valor únicamente en la medida en que sirve al hombre para alcanzar ese objetivo práctico.
La principal diferencia entre ambas corrientes consistiría en que mientras el budismo Hînayâna es un sistema individualista y abstracto que sostiene que la iluminación se produce tras un esfuerzo estrictamente personal e incomunicable, por su parte, el budismo Mahâyâna insiste en que esa iluminación ha de inspirarse en el “amor” (karuņâ) que se siente hacia los demás, los cuales, en último término, son uno mismo.
Con el agradecimiento especial a Javier Villalba Fernández, de su Compilación de Budismo Zen: Repercusiones Estéticas en Oriente y Occidente; (Memoria para optar el grado de Doctor).