Artes de Entrenamiento...

- - - - - " En la actualidad Respuesta Existencial, es una propuesta de acompañamiento desde la logoterapia, en forma personalizada para descubrir tu sentido vital. La educación de la Conciencia, a través de la Acción, es un proceso que sostenemos para pequeños grupos, en ámbitos educativos, o laborales. En cada acción, ofrecemos una respuesta al mundo. Somos llamados a responder desde nuestra existencia. La práctica engendra el autoconocimiento y el desarrollo del liderazgo. Promovemos una sociedad sin espíritu de provecho, basada en la “Sabiduría de la no dualidad”....Armónica, ética, íntegra y comprometida con la comunidad global." - - - - -

sábado, 26 de junio de 2010

Gyo. (del cuerpo al corazón)

He aprendido muchas cosas del Zen -nos dice el P. Kadowaki, S.J.-, pero una de las más maravillosas es la importancia que tiene el cuerpo en la vida religiosa. Hasta ahora en el cristianismo, ni en la oración, ni en el arrepentimiento ni en la lectura de la Biblia, se ha dado mucho valor al cuerpo. El Zen es lo opuesto a esto, como dice el maestro Zen Dogen en sus Discursos sobre la práctica budista, el cuerpo “es la entrada principal a la verdadera práctica del Zen” y viene a ser la base en el aprendizaje Zen. Es decir, se sienta uno, primeramente tomando una posición correcta, acompasando la respiración y preparando el corazón: así se tiene un camino que va “del cuerpo al corazón”. Podemos decir que cuerpo es la manera como el gyo se realiza en todo el cuerpo. El cristianismo que se desarrolló en Occidente tomó una dirección opuesta a ésta. Primero se piensa con la razón, se forma un juicio, se mueve la voluntad y después para realizarlo, se utiliza el cuerpo. Este es el procedimiento occidental. Podemos decir que un camino que va “de la razón al cuerpo”. Caracterizar de esta manera al Zen y al cristianismo occidental es una simplificación excesiva, pero quizá puede afirmarse a grandes rasgos. Como diremos después, el pensamiento central del cristianismo está profundamente ligado al cuerpo, y es un hecho que éste ha sido apreciado en diferentes aspectos. Sin embargo, podemos decir que mientras el cristianismo se desarrolló en Occidente, no reflexionó sobre el cuerpo y no descubrió que “del cuerpo al corazón” es un excelente camino hacia una profunda experiencia religiosa. El cristianismo, bajo una fuerte influencia del pensamiento griego, se inclinó por el racionalismo y ha progresado por el camino “de la razón al cuerpo”. Podemos decir que allí no existió el pensar del gyo.
El Oriente, por el contrario, se llegó al maravilloso descubrimiento del gyo como método de entrenamiento espiritual. Empezando por el yoga en la India, la posición sentada de meditación en el budismo primitivo, la contemplación en la secta Tendai, los tres secretos en las escuelas esotéricas, la recitación del nombre de Buda Amida de las sectas de la Tierra Pura y en la verdadera secta de la Tierra Pura, el “gran tema” de Nichiren, la purificación en el Shintoísmo, la ascención a la montaña en el Shugendo y otras prácticas, son todas gyo. Fr Kakichi Kadowaki SJ., El Zen y la Biblia.

La verdadera estima.

Todo comienza en casa...Si no nos amamos correctamente no podremos amar a los demás...
Sobre el egoísmo Erich Fromm, escribe en el "Miedo a la Libertad". "El egoísmo no es idéntico al amor de sí mismo, sino todo lo contrario. El egoísmo es una forma de codicia y, como toda forma de codicia, es insaciable y, por consiguiente, nunca puede alcanzar una verdadera satisfacción. La codicia es un pozo sin fondo que agota al individuo en un esfuerzo interminable por satisfacer la necesidad sin sentirse nunca satisfecho.
El egoísta siempre está concentrado sobre sí mismo de manera angustiosa, nunca está satisfecho, siempre esta inquieto, constantemente torturado por el miedo de no tener bastante, de perder algo, de ser despojado de algo más...Fundamentalmente, este tipo de persona no se ama en realidad, más aún, alimenta una profunda aversión respecto de sí mismo...El egoísmo se halla arraigado justamente en esa aversión hacia uno mismo...El narcisismo, como el egoísmo, es una compensación excesiva de la carencia básica de amor hacia sí mismo...Personas de este tipo no aman a los demás ni a sí mismas... Lo bueno es que a partir de comprender la visión distorsionada de la realidad podemos cambiar!!

lunes, 21 de junio de 2010

Un ciclo continuado.

Cuando llevamos un período de tiempo receptivos (aquí y ahora) a nosotros mismos, es inevitable que comencemos a ponernos nerviosos, intuyendo que podría surgir algo desagradable. Esto ocurre porque así en ese momento" nos quitamos el envoltorio de la personalidad ".  Pero esto es alentador, porque experimentar un cierto grado de ansiedad durante el trabajo de transformación es buena señal. (Estamos cambiando). Cuando nos aventuramos fuera de nuestras viejas defensas también comenzamos a experimentar justamente los sentimientos de los que nos hemos defendido toda la vida.
Esto explica por qué es posible tener experiencias espirituales muy gratificantes y luego volver a encontrarse en un estado temeroso, reactivo o negativo. El proceso de crecimiento consiste en un ciclo continuado de liberarse de antiguos bloqueos, abrirse a nuevas posibilidades en el interior y encontrar bloqueos más profundos.
Aunque podríamos desear que el crecimiento espiritual fuera mas lineal y se pudiera hacer en uno o dos avances decisivos, lar realidad es que un proceso que debemos pasar muchas en muchos frentes diferentes hasta que este reorganizada toda la psique. Don Richard Riso.

domingo, 13 de junio de 2010

Apuntes sobre Shinto - (religión nativa de Japón).

En el fondo de esta religión, existe shinto arcaico (mitología) expresado en los dos libros más antiguos de Japón del siglo VI : Kojiki y Nihon Shoki. Es interesante conocer esta mitología para acercarse al espíritu de los japoneses que sigue existiendo oculto en su subconsciente desde la antigüedad.
**Según esta mitología, la gente creía que existían tres mundos. Más arriba en el cielo, hay un mundo de la luz (Takamanohara) donde viven los dioses, mientras que en el subterráneo hay un mundo oscuro (Yomi) donde residen los malos espíritus. Entre estos dos mundos, se extiende un mundo de los hombres (Nakatsukuni) donde se cruzan la luz y la sombra, el día y la noche, el bienestar y el malestar, el bien y el mal,...
***Los dioses existen no solo en Takamanohara (cielo), pero también en Nakatsukuni (mundo de los hombres), estos últimos no suelen subir al cielo, pero tienen algún tipo de relación de esencia o sangre con los del cielo. Los malos espíritus que viven por debajo del suelo (Yomi), aparecen de vez en cuando en el mundo de los hombres y rompen la paz. Sin embargo, al final siempre pierden la batalla, puesto que el malo no puede batir al bien como la sombra no puede nunca batir a la luz.
*** Takamanohara (cielo) no es el espacio vacío, ni el universo expansivo, sino que es una residencia de los dioses, fuera del tiempo, es decir: una eternidad de ahora. Es tanto un mundo de la luz como el del bien. El mundo de los dioses es completamente distinto al de los hombres. Por lo tanto, el mundo de los dioses existe por sí solo, donde no entrarán nunca los hombres. Ni siquiera era la utopía para los hombres.
***El orden de nuestro mundo es la expresión de la voluntad de los dioses. Los hombres se comportan sometiéndose a su oráculo y adivinando su voluntad. Festejar (matsuru) significaba en aquel entonces recibir la voluntad divina y llevarla a cabo. Por lo tanto la fiesta era un ritual para pedir la aparición de la voluntad divina, no para permitir la realización de los deseos populares. Así la gente vivía sometida incondicionalmente a la voluntad de los dioses.
***Nakatsukuni (mundo de los hombres) estaba constituido por ocho islas que dieron a luz los dioses, Izanagui e Izanami que poco después dieron a luz también los dioses de la tierra, tales como los del viento, mares, puertos, árboles, hierbas, campos, montes, etc...

Los fenómenos naturales que nos rodean eran considerados como consecuencia de la voluntad de los dioses. Los que sentían la vida hasta en el suelo consideraban la tierra como un dios. Esta consideración no era un acto de metáfora, ni de personificación, sino una forma de expresión divina.
***En Takamanohara (cielo), nació del ojo derecho de Izanagui, Amaterasu, el dios del Sol. De su ojo izquierdo, el de Luna. De su nariz, Susanowo, el dios del viento y de la tormenta. Según la mitología, los hijos de Amaterasu descendieron del cielo al mundo de los hombres (Nakatsukuni) con espigas de arroz. Habitualmente el arroz se producía en los cuerpos de los dioses, Ooguetsuhime y Ukemochi en el cielo. Amaterasu y Kamimusubi lo plantaban en el campo del cielo.
***Dicho esto, las semillas eran ya divinas y su plantación era la fiesta en presencia de los dioses. La música de plantación existía solo para los dioses, y los cantes eran himnos de felicitación a los dioses. Los que creían que la cultura del arroz se originó en Amanotakahara (cielo), llamaban “Arahitogami” (los dios vivos) a los hijos de Amaterasu que las trajeron.
***A pesar de las epidemias, temporales, inundaciones, sequías, hambrunas, etc..., que eran muy frecuentes, la gente vivía a gusto. Parece que el carácter optimista de los japoneses data desde la antigüedad. Por una parte, con los dioses llevando a cabo su voluntad desde arriba mediante su orden, y por otra parte, con los dioses de la tierra mandándolo directamente, la gente creía que nació perfectamente protegida por los dioses, aunque aparecían de vez en cuando los malos espíritus desde debajo de la tierra que no podrían nunca superar la fuerza de los dioses. Por eso no hacía falta pensar en otro mundo como salvación. Nakatsukuni (mundo de los hombres) permitía a las almas seguir viviendo después de la muerte. En la época en que todavía no había entrado el budismo en Japón, los japoneses de aquel entonces eran muy similares a los de hoy.
***Pero, ¿Qué es shinto? La respuesta sería reconocer existencias divinas, muy frecuentemente en las montañas, rocas, árboles, ríos..., y convivir con ellos, respetando su divinidad. Al tiempo, permite todo tipo de divinidad hasta los santos budistas –Kannon (Shin Butsu Shugo) , ancestros de familias, shogun (es), samuráis, intelectuales, animales, dios de la mitología japonesa... Sentir cotidianamente las divinidades es muy importante en esta religión, sobre todo en los templos o en las casas particulares delante de las casitas-templos.
***A partir de la era de Meiji hasta el final de la segunda guerra mundial, se practicó el shinto del Estado que forzaba a la población a creer en la mitología japonesa según la cual Japón era un país divino gobernado por los emperadores de descendencia directa de Amaterasu. Al mismo tiempo el budismo que se mezclaba con el shinto fue separado de este último y sufrió gran daño de parte de las autoridades. Sin embargo, la separación de estas dos religiones no había podido romper mil años de convivencia y ahora, las dos siguen coexistiendo conjuntamente y muchas veces mezcladas una con la otra.
***En el shinto juegan papeles importantes la impureza y la purificación (Kegare y Harai). Si uno es sucio no puede esperar la aparición de los dioses, ni sentir su divinidad, ni mucho menos su protección para tener buena cosecha de arroz u otra cosa. Las mayores impurezas son muerte, sangre, crímenes, recriminaciones, etc...
***El proceso de la plegaria en el templo:
-Delante del Torii (en la entrada del territorio divino), inclinarse ligeramente. Arreglar los trajes. Limpiar las manos con agua (choozu). Es un acto importante puesto que los dioses aborrecen la impureza (Kegare). (Primero: limpiar la mano izquierda, segundo: la mano derecha, y luego la boca de manera que no toque la vasija (hishaku) con su boca.
  • -En el templo, hacer sonar las campanillas.
  • -Inclinarse a 90 grados hacia la divinidad.
  • -Echar monedas (ofrenda a la divinidad)
  • -Inclinarse dos veces, aplaudir dos veces, y inclinarse una vez.
Toshio Okada.

miércoles, 9 de junio de 2010

La práctica en la adversidad.

Siempre habrá quienes interrumpirán sus prácticas ante el menor contratiempo, otros continuarán asistiendo a la práctica pese a tener serios problemas.
Sólo aquellos de espíritu tenaz continúan la práctica aún sumidos en la adversidad del diario vivir. Éstos son quienes han descubierto que en el infortunio es posible transformar la debilidad en fortaleza. Es por eso que soportar el sufrimiento es terapéutico para el alma.
Es inevitable tocar el tema de las "pruebas" cuando se habla de adversidad. La vida resulta a veces del propio libre albedrío, y otras, de los designios de un destino que suele estar más allá de nuestra escasa comprensión.
Los tiempos de la existencia que nos toca se nutren con el efecto de los actos cotidianos, y en ese constante devenir, avanzamos, nos detenemos o retrocedemos, y no pocas veces perdemos conciencia de que ello es una de las tantas pruebas asignadas, quizás física, quizas psicológica, e invariablemente espiritual.
Sortear cada obstáculo es encomiable desafío a la determinación. Sublimarse espiritualmente es, en cambio, el objetivo. ¿Por qué a mí?  Se pregunta el ser humano que aún en la plenitud de su maduración no alcanza a vislumbrar totalmente su ubicación en el contexto universal, ni a adquirir noción de la relatividad permanente de sus circunstancias.
Bienvenidas entonces las pruebas, que nos dan la oportunidad de superarnos, experimentando conscientemente la sensación de haber avanzado un paso más hacia la consecución de un mayor nivel espiritual, pues ello significa depurarnos progresivamente.
¿Qué sería de la vida sin pruebas? ¿existe alguna vida sin pruebas? Tal vez quienes estén en el umbral de la perfección puedan contestar el interrogante. Entonces habrá que subir la cuesta, agradeciendo poder hacerlo, pues el camino es mudo testigo de los rezagados. Cada uno a su manera, a su velocidad, la única, ineludible condición, es la nobleza de corazón y la entrega. Luego, ese finito, acotado y pequeño lapso de tiempo llamado vida se encarga de dejarnos la enseñanza que debemos acrisolar si queremos seguir creciendo. NR. Extraído de Kenmukan Dojo.