Artes de Entrenamiento...

- - - - - " En la actualidad Respuesta Existencial, es una propuesta de acompañamiento desde la logoterapia, en forma personalizada para descubrir tu sentido vital. La educación de la Conciencia, a través de la Acción, es un proceso que sostenemos para pequeños grupos, en ámbitos educativos, o laborales. En cada acción, ofrecemos una respuesta al mundo. Somos llamados a responder desde nuestra existencia. La práctica engendra el autoconocimiento y el desarrollo del liderazgo. Promovemos una sociedad sin espíritu de provecho, basada en la “Sabiduría de la no dualidad”....Armónica, ética, íntegra y comprometida con la comunidad global." - - - - -

domingo, 18 de septiembre de 2011

Jiddu Krishnamurti

En 1920
Nace el 12 de mayo de 1895, en Madanapalle, Andhra Pradesh, India  y fallece el 17 de febrero de 1986, en Ojai, California, Estados Unidos, fue un conocido escritor y orador en materia filosófica y espiritual. Sus principales temas incluían la revolución psicológica, el propósito de la meditación, las relaciones humanas, la naturaleza de la mente y cómo llevar a cabo un cambio positivo en la sociedad global.
Krishnamurti nació en la la India colonial, y fue descubierto en 1909, cuando aún era un adolescente, dentro de la Sociedad Teosófica, quienes vieron en él a un posible Líder Espiritual. Sin embargo, rehusó a ser el mesías de un nuevo credo, alegaba no tener nacionalidad, ni pertenecer a ninguna religión, clase social, o pensamiento filosófico. Pasó el resto de su vida como conferenciante y profesor viajando por el mundo y enseñando sobre la mente humana, tanto a grandes como a pequeños grupos. Fue autor de varios libros. A la edad de 90 años dio una conferencia en la ONU acerca de la paz y la consciencia, y recibió la Medalla de la Paz de la ONU en 1984. Su última conferencia fue dada un mes antes de su muerte en 1986.
Su biógrafa Mary Lutyens escribió varias obras acerca de Krishnamurti cuando vivía en la India, Inglaterra, y finalmente en Ojai, California. Lutyens indica que durante algún tiempo Krishnamurti creyó ser el maestro del mundo. La muerte de su hermano Nitya el 11 de noviembre de 1925 a la edad de 27 años a causa de la tuberculosis, hace que deje de creer eso, puesto que había pedido que su hermano no muriera, desilusionándose por completo.
Luego en la obra titulada "El libro de la vida", resume en gran medida el motivo que principalmente impulsó a Krishnamurti a difundir su mensaje: el deseo de liberar al hombre y al mundo.
Si hemos de crear un mundo nuevo, una nueva civilización, un arte nuevo, no contaminado por la tradición, el miedo, las ambiciones, si hemos de originar juntos una nueva sociedad en la que no existan el «tú» y el «yo», sino lo nuestro, ¿no tiene que haber una mente que sea por completo anónima y que, por lo tanto, esté creativamente sola? Esto implica, ¿no es así?, que tiene que haber una rebelión contra el conformismo, contra la respetabilidad, porque el hombre respetable es el hombre mediocre, debido a que siempre desea algo; porque su felicidad depende de la influencia, o de lo que piensa su prójimo, su gurú, de lo que dice el Bagavad Gita o los Upanishads o la Biblia o Cristo. Su mente jamás está sola. Ese hombre nunca camina solo, sino que siempre lo hace con un acompañante, el acompañante de sus ideas. ¿No es, acaso, importante descubrir, ver todo el significado de la interferencia, de la influencia, ver la afirmación del «yo», que es lo opuesto de lo anónimo? Viendo todo eso, surge inevitablemente la pregunta: ¿Es posible originar de inmediato ese estado de la mente libre de influencias, el cual no puede ser afectado por su propia experiencia ni por la experiencia de otros, ese estado de la mente incorruptible, sola? Únicamente entonces es posible dar origen a un mundo diferente, a una cultura y una sociedad diferentes donde puede existir la felicidad”
Krishnamurti otorgaba una singular importancia a la meditación como un medio de eliminar el ego. El 12 de agosto, cinco semanas después de su llegada a Ojai, K. escribió a Lady Emily: “He estado meditando todas las mañanas por media hora o 35 minutos. Medito de las 6.45 a las 7.20. Empiezo a concentrarme mejor, aun cuando sea por poco tiempo, y vuelvo a meditar antes de acostarme, por cerca de diez minutos. Todo esto es más bien sorprendente para usted, ¿verdad? Al principio me fue difícil meditar o concentrarme pero aunque sólo lo he estado haciendo por una semana, estoy gratamente sorprendido…”
Fue solamente cinco días después de escribir esto que él pasó por una experiencia que cambió su vida.
“Desde el 3 de agosto yo meditaba regularmente por cerca de 30 minutos todas las mañanas. He podido, para mi asombro, concentrarme con considerable facilidad.  Entonces, el 17 de agosto, sentí un dolor agudo en la base de la nuca y tuve que reducir mi meditación a 15 minutos. El clímax fue alcanzado el día 19. Yo no podía pensar.
El primer día, mientras estaba en ese estado, y más consciente de las cosas que me rodeaban, tuve la primera y más extraordinaria experiencia. Había un hombre reparando la carretera; ese hombre era yo mismo; yo era el pico que él sostenía; la misma piedra que él estaba rompiendo, era parte de mí, la tierna hoja de pasto era mi propio ser y el árbol junto al hombre era yo. Casi podía sentir y pensar como el hombre que reparaba la carretera, podía sentir al viento pasando a través del árbol, y a la pequeña hormiga sobre la hoja de hierba. Los pájaros, el polvo, y el mismo ruido eran parte de mí. Justo en ese momento pasaba un auto a cierta distancia; yo era el conductor, la máquina y las llantas; conforme el auto se alejaba yo también me alejaba de mí mismo. Yo estaba en todas las cosas o, más bien, todas las cosas estaban en mí, las inanimadas así como las animadas, las montañas, el gusano, y toda cosa viviente. El día entero permanecí en esta bienaventurada condición.
En la mañana del día siguiente ocurrió casi lo mismo que el día anterior. Empecé a volver en mí y, me senté con las piernas cruzadas en la postura de meditación. Cuando había estado así por algún tiempo, me sentí a mí mismo saliendo de mi cuerpo, y me vi sentado abajo con las tiernas y delicadas hojas del árbol encima de mí.
Era muy dichoso, estaba en calma y en paz. Había una calma muy profunda, tanto en el aire como en mí mismo, la calma que existe en el lecho de un lago profundo e insondable. Como el lago, yo sentía que mi cuerpo físico, con su mente y sus emociones podía ser agitado en la superficie, pero que nada, absolutamente nada, podría ya turbar la quietud de mi alma.
Ya nunca nada podría ser igual. He bebido en las puras y transparentes aguas que manan de la fuente de la vida y mi sed fue aplacada. Nunca más podría estar sediento, nunca más podría hallarme en la total oscuridad. He visto la Luz, he tocado la compasión que cura todo dolor y sufrimiento; ello no es para mí mismo, sino para el mundo. He estado en la cumbre de la montaña. Nunca puedo ya estar en completa oscuridad; he visto la gloriosa Luz que cura. Me ha sido revelada la fuente de la Verdad y las tinieblas han sido disipadas. El Amor en toda su gloria ha embriagado mi corazón; mi corazón nunca podrá cerrarse. He bebido en la fuente de la Felicidad y de la eterna Belleza. Estoy embriagado de Dios”. (Los Años del Despertar, Mary Lutyens)

Presentamos un fragmento del encuentro que mantuvieron Krishnamurti y Eugene Schallert, cura Jesuita. En este fragmente mantienen una interesante investigación acerca de la dualidad del ser humano, de la bondad y de la transformación del hombre. 
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