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| Cortesía de Through Your Body |
El Kyudo es un camino de autoconocimiento contemplativo y perceptivo que, mediante la práctica del tiro con arco desde desde la meditacion lleva hacia el templado interior y al rejuvenecimiento del cuerpo, la mente y el espíritu. Junto a otras artes nobles japonesas, vinculadas al Budismo Zen, tiene un antiquísimo origen. Habiendo nacido para la guerra se fue convirtiendo luego en un camino hacia la sabiduría. En el Kyudo todo arquero busca al apuntar, no un blanco distante, como suele ser en el tiro deportivo-competitivo, para acertar un centro. Lo único a lo cual apunta el arquero Zen es a su interior: su pensamiento, su sentimiento y su acción, su propia esencia. Se genera así una energía poderosa, capaz de arrastrar con toda enfermedad física y mental. El Zen conduce a un estado de profunda observación, que produce estados de consciencia superior y de esta forma va eliminando todos los automatismos, toda dispersión y estados de tensión corporal. El arquero Zen alcanza una eficacia que le permite librarse del miedo y la inseguridad, la inconstancia y el descontrol en sus diferentes expresiones. Al acallar las agitaciones interiores, se produce un estado de percepción clara y transparente de si mismo, de la realidad y de los demás. La eficacia en el Kyudo y su meditacion se vincula con la total disponibilidad y la posibilidad de concentración espontánea, que requiere atención, distensión y la movilización del cuerpo en el momento oportuno, que es el momento en que el arquero atraviesa a su propio espíritu, un arquero Zen no se enorgullece por dar en el blanco, ni se ofusca por fallar, se coloca por encima de los estados anímicos que se inspiran en el logro o la frustración. Intenta no quedar atrapado en su “yo” entonces, no crea antagonismos que lo obstaculicen, apartándose de toda interferencia interna que tenga el natural fluir de la consciencia en cada flecha. El arquero solo tiene un arma, que no esta constituida por el arco y la flecha, su arma es la acción sin propósito de beneficio, el desapego en la acción. Dispara la flecha sin contar con que acertará en el blanco y aun así compromete toda su vida en el tiro de una sola flecha. Enraizado en la más exquisita tradición japonesa, como un arte de nobles y ricos, el Kyudo es actualmente una senda de desarrollo interior. La relación Hombre–Arco como una completa unidad y los ingredientes de la filosofía Zen que se encuentran en el, hacen de esta disciplina una sutil vía de evolución espiritual.
Siendo mucho más que una práctica deportiva o competitiva, el Kyudo es como un verdadero acto ritual que destila la fragancia del Zen por medio de su arte.
Si tu búsqueda aun aún no ha finalizado.
Si crees que ya tienes edad para asentarte en un camino apacible y verdadero.
Si no te importan los resultados inmediatos, porque crees que solo hay logros con sacrificio y constancia.
Si crees que es posible unificar, mente cuerpo y espíritu.
Si tu mente ha dejado atrás la necesidad de obtener un cinturon de diversos colores, mostrarte ante los otros, o competir para obtener algún trofeo…El Kyudo es el camino.
La Escuela Sudamericana de Kyudo Zen fue la primera entidad en difundir la arquería tradicional japonesa en la República Argentina. Inscripta en el Ministerio de Educación y Justicia bajo la Ley: 13047 Actuación 14616 del año 1989, y aceptada en el 2008 por el consejo universitario para la carrera de postgrado y maestría de la Universidad de 3 de Febrero. Dicta clases en Buenos Aires con el Sensei Luis Falcone. Estudioso e investigador de las castas Tedai y Shingon-jû, se ha dedicado a las formas mas complejas que imparte el arte del Shugendo por mas de treinta años. Merito que le ha permitido entrenar con los Guardianes del Emperador en Japón en Noviembre del 2006, invitado por el O’Sensei Norio Tsuchiya, Jefe de la Guardia Imperial del Palacio de Tokio.
Se encuentra abierta a todas aquellas personas que buscan armonización, equilibrio y templado interior. Muy lejos del deporte y el comercio común, esta entidad difunde el arte, según Los principios antiguos, en un primer lugar entrenando al alumno física y mentalmente, para luego iniciarlo en la disciplina en sus seis fases básicas de estudio. Su profesor Luis Falcone, nació el 16 de diciembre de 1965. Desde sus 8 años de edad se vio involucrado en las artes marciales de oriente, llegando a completar su sexto cinturón negro en el mes de Agosto de 1995 en Japón.
Todos los interesados son entrevistados por primera vez para conocer los diferentes mecanismos de estudio de la escuela. Pasada la entrevista el nuevo integrante, pasara a formar parte del grupo de alumnos estables.
