Artes de Entrenamiento...

- - - - - " En la actualidad Respuesta Existencial, es una propuesta de acompañamiento desde la logoterapia, en forma personalizada para descubrir tu sentido vital. La educación de la Conciencia, a través de la Acción, es un proceso que sostenemos para pequeños grupos, en ámbitos educativos, o laborales. En cada acción, ofrecemos una respuesta al mundo. Somos llamados a responder desde nuestra existencia. La práctica engendra el autoconocimiento y el desarrollo del liderazgo. Promovemos una sociedad sin espíritu de provecho, basada en la “Sabiduría de la no dualidad”....Armónica, ética, íntegra y comprometida con la comunidad global." - - - - -

sábado, 29 de septiembre de 2012

Instrumentos del Arte Espiritual.

El papa San Gregorio Magno (540-604 dC) narra la vida de San Benito. A finales del siglo VdC, un joven estudiante decide seguir el llamado del Señor. Imitando a los antiguos monjes, va a vivir con Dios en la soledad de una cueva en la región de Subiaco, Su nombre era Benito, nacido hacia el año 480 en Nursia (Umbria, Italia). Luego de tres años de vida solitaria, funda con sus discípulos varios monasterios. Basándose en el Evangelio, en la sabiduría de los antiguos monjes y en su propia experiencia, organiza la vida de los monasterios. Alrededor del año 529 se traslada a Montecassino, donde funda el célebre monasterio. Allí vive hasta su muerte, ocurrida en el 547. Desde ahí ejerce gran influencia sobre numerosos discípulos y sobre toda la región circundante. Y también allí escribe la Regla para monjes, que será llamada la Santa Regla
Monjes
En su capítulo 4to. San Benito nos propone y les llama  “instrumentos”.Y así es como debe entenderse pues se trata de un título en forma interrogativa ¿Cuales son los instrumentos de las buenas obras? Las buenas obras se asimilan a instrumentos, y solo al final del capítulo se explica que se trata de instrumentos de arte espiritual...
Es uno de los capítulos más largos de la Regla. Consta de tres partes extremadamente simétricas. Contiene primeramente un catálogo de 74* instrumentos o máximas espirituales, que sin ningún preámbulo, empieza por el primer precepto del decálogo y termina, con el “no desesperar jamás de la misericordia divina”.
Sigue a manera de epílogo o consecuencia, el anuncio de la paga, que recibirá el obrero que los utilice fielmente”de día y de noche”. Y finalmente en una sola frase se indica el taller en que deben utilizarse los instrumentos. La mayoría está sacadas de la Biblia, otra de los Padres de la Iglesias otras de los autores monásticos. Con todo podemos decir que el elenco se divide en dos partes
La primera del 1-40 se distingue por una mayor abundancia de referencias bíblicas. Todos los comienzos de sección proceden de la Escritura y por la insistencia casi continua de los deberes para con el prójimo. La segunda parte, 41-74, recurren menos a la Biblia y sus referencias son menos claras, pero su doctrina es más sistemática y elaborada, y salvo el final, atañe a los deberes para con Dios y con uno mismo.
Encabeza la lista dos grandes mandamientos, "el amor de Dios y del prójimo". Siguen los demás preceptos del decálogo, con una variante notable. En lugar de decir “honrar padre y madre”, dice “honrar a todos los hombres”. El cambio es motivado sin duda porque el monje ha abandonado a sus padres para seguir a Cristo, y convierte este mandamiento en una máxima de hospitalidad, inspirada en 1 P. 2,17 y que la Regla utiliza al tratar de los huéspedes del monasterio . Y este primer grupo termina con la regla de oro: “no hacer a otro lo que uno no desea para sí mismo”.
Aunque todos los textos que utiliza se encuentren en el NT, proceden del AT. Son propiedad indivisa de ambos. Una sección que abarca del 10 al 19. Tras invitar a seguir a Cristo, se recomienda castigar el cuerpo, frase que los antiguos entendían como referencia al ayuno. No darse a los placeres, se refiere sin duda a los placeres de la mesa. Amar el ayuno, formulación explicita y más explícita de las máximas anteriores. Después pasa a la práctica de las obras de misericordia. Esta transición resultaba muy natural para los antiguos, ya que el ayuno iba siempre ligado a la limosna.
La sección siguiente 20-23 esta constituida del mismo modo que la anterior. Comienza con un llamamiento a la renuncia, para seguir a Cristo, y siguen una serie de máximas concernientes a la convivencia de los hermanos, mortificando el apetito irascible, evitando la cólera, el resentimiento, la venganza.
Forman grupo aparte siete sentencias de formulación negativa 34-40, no ser soberbio, ni dado al vino, todas ellas de fuentes bíblicas menos una, no ser dormilón...
La segunda parte presenta características bastante diferentes. En realidad presentan un `programa de ascesis precedido de una exhortación para poner en todo la confianza en Dios. Este programa tiene que comenzar necesariamente por el ejercicio del temor de Dios: juicio divino, infierno, muerte, son verdades eternas, que es preciso tenerlas siempre en la mente.
De este modo, la vida humana irá adquiriendo una seriedad fundamental, que evita no solo las palabras malas 51, sino también el hablar con exceso 52, las bufonadas o risa estrepitosa, 53-54. Y el alma anhelara de verdad la vida eterna, 56.
Este plan de ascesis se completa con algunas máximas referentes a las lecturas santas 55, oración frecuente 56, compunción 57, purifican el alma y le ayudan a corregirse de sus faltas 58.
Después de la cita de Gal. 5,16, relativa a los bajos instintos 59, se hace hincapié en aborrecer la propia voluntad para obedecer al abad, que como hombre puede tener fallos y que su vida no se ajuste a su doctrina. En tal caso hay que acordarse de las palabras del Señor, “haced lo que os digan y no hagáis lo ellos hacen. o ”No desear ser tenido por santo antes de serlo, sino serlo para que se le considere con toda justicia”, 62.
Hay unas cuantas máximas 63-68 sin relación lógica para situarlos en este contexto.
Luego se insiste en el amor fraterno, en cinco conceptos negativos y cuatro positivos, 69-73. Encontramos máximas tan humanas como “venerar a los ancianos”, “amar a los jóvenes”, que después encontraremos en el cap. 63. Y termina con un acto de fe, “jamás desesperar de la misericordia de Dios”.

*Pueden dirigirse a este link, para leer completa la Regla o el Capítulo 4 http://www.sbenito.org/regla/rb.htm


La Cruz o Medalla de San Benito, ¿que significa?

La Cruz  o  Medalla de San Benito data de una época muy antigua y debe su origen a la gran devoción que el Santo profesaba al signo adorable de nuestra Redención y al uso frecuente que de él hacía y que recomendaba a sus discípulos para vencer las tentaciones, ahuyentar al demonio y obrar maravillas. San Benito, realmente fue un creador de Instrumentos de reflexión del arte Espiritual.
Explicación: la medalla de San Benito representa, de un lado, la imagen de la Cruz y en el otro, la del Santo Patriarca. El lado de la Cruz suele estar encabezado, o por el monograma del Salvado: IHS, o por el lema de la orden benedictina: PAX.
En los cuatros ángulos de la Cruz háyanse grabadas las siguientes iniciales:
C.S.P.B., que significa: Cruz Sancti Patris Benedicti, o sea: Cruz del Santo Padre Benito, las cuales son como un anuncio de la Medalla y no forma parte del exorcismo.
En las líneas vertical y horizontal y alrededor de la Cruz se leen, en el siguiente orden, estas otras iniciales, cuyas palabras componen la oración ó exorcismo que tanto teme Satanás y que conviene repetir a menudo:
C.S.S.M.L. Cruz Sancta Sit Mihi Luz La Santa Cruz sea mi luz
N.D.S.M.D. Non Draco Sit Mihi Dux No sea el dragón mi guía
V.R.S. Vade Retro Satanás Retírate Satanás
N.S.M.V. Numquam Suadeas Mihi Vana No me aconsejes vanidades
S.M.Q.L. Sunt Mala Quae Libas Son cosas malas las que tú brindas
I.V.B. Ipse, Venena Bibas Bebe tú esos venenos

sábado, 22 de septiembre de 2012

El Yamato de las 8 orejas.

Hay que remontarse al año 604 para ver el primer “acta gubernamental” que transformará al Japón (entonces llamado Yamato) en todos los planos, (político, religioso y social). Se debe a esta Constitución al príncipe Shötoku Taishi, también llamado Yatsumimi no Miko (El principe de las 8 orejas*) Introdujo además de este "acta" un sistema de rangos dando comienzo a la diferenciación formal de papeles gubernamentales en Japón. Los 12 grados fueron: Dai-toku (mayor virtud), Sho-toku (menor virtud), Dai-nin (mayor humildad), Sho-nin (menor humildad), Dai-rei (mayor decoro), Sho-rei (menor decoro), Dai-shin (fe mayor), Sho-shin (fe menor), Dai-gi (mayor justicia), Sho-gi (rectitud menor), Dai-chi (el conocimiento superior), y Sho-ji (conocimiento menor).
Shötoku Taishi
  1. Respetar en primer lugar a Wa: (Esta palabra significa “paz" pero designa también al Japón, siendo Wa el nombre bajo el cual este país era conocido por los chinos. Con este primer mandamiento, Shötoku Taishi, o los autores, afirman el primer sentimiento nacional.) Que nuestro primer deber sea evitar las discordias (llamado a la unidad nacional). Hay personas que no quieren a sus padres, u otras que no obedecen a sus amos. Estas personas pueden causar disensiones entre ellos y sus vecinos. Si la clase superior vive en armonía con la más baja, y si las clases bajas siguen los mejores consejos, todo va bien, y habrá pocos problemas irresolubles. (Aquí vemos, no la influencia del budismo, sino la del confucianismo chino, y el reconocimiento de clases sociales subordinadas unas a otras, ratificando así un estado de hecho preexistente. 
  2. Venerad de todo corazón los tres tesoros: que son el Buda, el Dharma (la ley budista) y el Samgha (la comunidad budista), pues en ellos se encuentran la vida ideal y la sabiduría de la nación. No hay muchos hombres realmente malos. Todo ellos pueden adquirir una buena instrucción (en el budismo). Pero no podemos esperar que se corrijan las vías tortuosas de los hombres sin la ayuda de estos tres tesoros. (Mediante este artículo el budismo es recomendado oficialmente, lo que equivale a hacer de él una religión estatal. 
  3. Escuchad con reverencia los Edictos Imperiales. Si el emperador puede relacionarse con los cielos, sus súbditos son la tierra (afirmación matizada de la divinidad imperial, creencia del shinto). Con los cielos arriba y la tierra debajo, unidos en el cumplimiento leal de sus funciones en sus respectivas posiciones, vemos el mundo regido por un orden perfecto, así como por la armoniosa rotación de las cuatro estaciones (idea china). Si la tierra intenta sustituir a los cielos, se producirá una catástrofe. Cuando el Señor hable, que sus, súbditos escuchen, y obedezcan. Cuando él de ejemplo ellos deben seguirlo fielmente. Si desobedecen, lo harán bajo su propia responsabilidad. (Aquí "Shötoku Taishi afirma la Supremacía del emperador y su autoridad absoluta). 
  4. Todos los nobles, grandes o pequeños, deben observar las leyes (del Estado) como si fueran las raíces de todas las virtudes. Al gobernar el país, el primer deber es establecer las leyes. Si la clase superior no las observa, las clases bajas no pueden ser gobernadas. Si las clases bajas no, las observan, cometerán crímenes. Tanto tiempo como la ley sea observada, entre las relaciones entre las clases altas y bajas, prevalecerá un orden perfecto, y la estabilidad del Estado estará asegurada. (Aquí se percibe unas advertencias a todos, nobles y demás, destinadas a asegurar la autoridad gubernamental y a mantener el orden social.) 
  5. Al escuchar los casos judiciales que interesan al pueblo ordinario (los nobles se benefician de una justicia imperial exclusivamente), los jueces deberán "limitar su descanso y odiar su propio interés” Si hay mil casos para estudiar al día, ¿Cuántos no habrá para juzgar a un año? Así es necesaria su diligencia (a los jueces!!) 
  6. Nuestros sabios antiguos nos han enseñado a castigar a los malvados y a recompensar a los virtuosos. No dejad pasar inadvertidas las bondades de nadie, ni las maldades si estas no han sido reparadas... 
  7. Cada persona tiene un deber que cumplir y debe hacerlo con una diligencia sin tacha. Si sabios y personas ocupan altos puestos, se elevarán voces unánimes de aprobación gozosa, pero si malos empleados ocupan altos puestos, eso causará perpetuas disensiones e incluso disturbios... Todos los asuntos del Estado, grandes y pequeños, se realizarán fácilmente si personas buenas tienen buenas posiciones. Esta es la base de un Estado fuerte y del prestigio duradero de la dinastía. Los buenos jefes de los tiempos antiguos utilizaban buenos hombres para los altos puestos, y no buenos puestos para los favorecidos. (Esto iba, naturalmente, en contra de la costumbre entonces establecida de no confiar los puestos importantes más que a los nobles de algunos clanes favorecidos.) 
  8. Que todos los nobles, grandes y pequeños, se presenten en su puesto temprano por la mañana y vuelvan tarde a sus casas. Los asuntos públicos en espera son demasiado numerosos como para que se pueda disponer de ellos al fin de cada jornada... 
  9. La sinceridad es el alma de la buena conducta. Sed sinceros en cada momento de vuestra vida. El éxito o el fracaso de cada trabajo emprendido dependen de vuestra sinceridad o de vuestra falta de sinceridad. Cuando amos y servidores están unidos por sentimientos de sinceridad, no hay nada que no puedan emprender. Todos los trabajos fracasarán si no se ejecutan así. 
  10. No os dejéis llevar por la cólera. Perdonad a una mira colérica. Evitad el resentimiento si otros difieren de vosotros. Cada uno tiene su propio espíritu o modo de pensar. Si tú tienes razón, yo debo estar equivocado. Yo no soy siempre santo y tú no eres siempre pecador. Los dos somos falibles mortales, y quien es lo suficientemente sabio como para juzgar cuál de entre nosotros es bueno o malo? Los dos somos sensatos y locos alternativamente... 
  11. Distinguid entre los actos meritorios y las fechorías y recompensadlos o castigadles justamente. 'En nuestra época, el mérito no está necesariamente recompensado y los castigos no son siempre verdaderos castigos. Que los nobles, grandes y pequeños reciban recompensas o castigos según los merezcan. (Así, se extiende la ley a aquéllos que no la reconocían en punto alguno hecha para ellos.) 
  12. Los gobernadores y señores de los nuevos territorios (los recientemente conquistados por los jefes guerreros a las tribus aborígenes fuera del Yamato), no deben imponer tributos a sus pueblos. En este país no hay dos soberanos, y el pueblo no quiere dos amos a los que servir. No hay más que un solo señor en la persona del emperador. Los gobernadores y los oficiales designados para administrar los asuntos locales, también ellos forman parte del pueblo sometido al emperador. (Aquí, reafirmación de la autoridad imperial no solarmente sobre el pueblo, sino también sobre los gobernadores locales, quienes a menudo tendían a creerse soberanos de su territorio y a elevar los tributos por su propia cuenta.) 
  13. Todos los gobernadores y oficiales deberán compartir... sus conocimientos en el asunto de los deberes de sus cargos, pues su ausencia debida a enfermedad o a viajes, podría ocasionar una interrupción durante cierto tiempo de los trabajos oficiales. 
  14. Todos los litigantes, grandes y pequeños, deberán cuidarse de no tener celos unos de otros. Si tienes celos de los demás, los demás tendrán celos de ti, y así se perpetúa el círculo vicioso. 
  15. El servicio público en sacrificio del propio interés es el deber de un buen noble. Si un noble actúa en su propio interés provocará la mala voluntad del pueblo. Si se da tal egoísmo por una parte y tal mala voluntad por la otra, el resultado será el sacrificio del bienestar público. La ambición personal de los litigantes impedirá que reinen la ley y el orden. De donde, como así se ha dicho en un artículo precedente, la importancia de la concordia, esta no puede ser subestimada. 
  16. Los sabios antiguos nos han enseñado que es sensato escoger la época adecuada para utilizar al pueblo ordinario en los trabajos públicos. Puede ser provechosamente utilizado durante los meses de invierno, cuando tiene tiempo libre. De la primavera al otoño está ocupado en los trabajos agrícolas y de sericultura y no puede ser requerido. Cómo podríamos alimentaros sin agricultura y como podríamos vestirnos sin el cultivo de la morera? 
  17. En los asuntos importantes no actuéis nunca solo con vuestro propio juicio, sino deliberad sobre ellos con varias personas. En los asuntos de poca importancia podéis no consultar el parecer de muchas personas...»
Imagen de Shotoku Taishi sobre billete
Estos principios fundamentales siguen siendo los del pueblo japonés. El pueblo era, se entiende favorable a tales leyes, donde ya se expresaba esos consensos que aún se encuentra en nuestros días. La constitución del 17 artículos (十七条宪法 jūshichijō Kenpō ) pone el énfasis sobre las leyes básicas por las que el Estado iba a ser gobernado, tal como se puede esperar de un moderno constitución, sino que era un documento de base budista que se centró en la moral y las virtudes que debían esperarse de los funcionarios del gobierno y los sujetos del emperador para asegurar un buen funcionamiento del Estado, donde el emperador debía ser considerado como la máxima autoridad.
Es uno de los primeros documentos morales de la historia.

Estimo de interés público el conjunto de este documento, que debo a la cortesía de Louis Frederic, citado en el libro de Michael Random, Japón "la estrategia de lo invisible" *Shotoku Taishi (573-621), el Príncipe de Santa virtud, fue un regente japonés, estadista y erudito. De capacidades excepcionales, comenzó a leer extensivamente en su primera infancia y se dice que podía escuchar a ocho personas simultáneamente y haber entendido cada palabra. De ahí su nombre Yatsumimi no Miko (El principe de las 8 orejas*)