A menudo
se señala que las sociedades más dinámicas y con más éxito del Este y
Sudeste
asiático (Japón, Corea, Taiwan, Hong Kong y Singapur) comparten una cultura confuciana
común. ¿Habría por ello que llegar a la conclusión de que las Analectas podrían
realmente proporcionar una fórmula secreta que posibilitaría en todas partes
inyectar energía a las economías que flaquean y movilizar y motivar a una
ciudadanía apática? Las Analectas constituyen una
obra cuya importancia no reside sólo en lo que dice, sino también en lo que no
dice. Esta observación es iluminadora. Sin duda, las Analectas hace
un señalado uso de lo no dicho, lo cual es también un recurso característico
del espíritu chino; más adelante encontraría sus aplicaciones más expresivas en
el campo estético: el uso de los silencios en la música, el del vacío en la
pintura y en los espacios sin nada de la arquitectura.
Confucio
desconfiaba de la elocuencia; despreciaba a las personas muy habladoras y odiaba
los juegos de palabra ingeniosos. Para él, parecía que la lengua afilada debía
reflejar una mente superficial; a medida que la reflexión se hace más profunda,
se desarrolla el silencio. Confucio advirtió que su discípulo favorito solía
decir tan poco que a veces los demás se habrían preguntado si no era necio. A
otro discípulo que le había preguntado sobre la virtud suprema de la humanidad,
Confucio le respondió de una forma típica: «Quien posee la suprema virtud de la
humanidad es reticente a hablar.»
Se pueden leer
las Analectas como un intento de volver a definir el verdadero sentido de
una serie de conceptos claves. Bajo la apariencia de restaurar su pleno
significado, Confucio realmente inyectó un nuevo contenido a los viejos
«nombres». Daré aquí simplemente un ejemplo, pero que tiene una importancia
fundamental: el concepto de «caballero» (junzi, el hombre ideal de
Confucio). Originalmente significaba aristócrata, miembro de la elite social:
uno no podía convertirse en un caballero, sólo podía haber nacido caballero.
Para Confucio, por el contrario, el «caballero» es miembro de la elite moral.
Es una cualidad ética, lograda mediante la práctica de la virtud y
fortalecida a través de la educación. Todo hombre debería esforzarse por conseguirla,
aunque pocos lo logran. Un aristócrata que es inmoral e inculto (los dos conceptos
de moral y educación son sinónimos) no es un caballero, mientras que cualquier hombre
ordinario puede alcanzar la condición de caballero si demuestra estar
moralmente cualificado para ello. Como sólo los caballeros son aptos para
gobernar, la autoridad política debe basarse sólo en criterios de logro moral y
de competencia intelectual. En consecuencia, en cualquier orden apropiado, ni
el nacimiento ni el dinero deben asegurar el poder. La autoridad política debe
pertenecer exclusivamente a aquellos que pueden demostrar estar cualificados
moral e intelectualmente... Durante más de 2.000 años, el Imperio estuvo gobernado por la elite
intelectual; para tener acceso al poder político había que competir con éxito
en los exámenes del funcionariado (1)…Algunas frases esclarecedoras para los que deben gobernar.
- «La charla ingeniosa y las maneras afectadas rara vez son signos de bondad.»
- «Un caballero que carece de gravedad no tiene autoridad y lo que ha aprendido es superficial. Un caballero valora sobre todo la lealtad y la fidelidad; no se hace amigo de los que son moralmente inferiores a él. Cuando comete una falta no tiene reparos en corregirla.»
- «Cuando se honra a los muertos y se mantiene viva la memoria de los antepasados remotos, la virtud de un pueblo se halla en su plenitud.»
- «Un caballero come sin llenar su vientre; escoge una morada sin exigir comodidad; es diligente en su trabajo y prudente en su hablar; busca la compañía de los virtuosos para corregir su propio proceder. De un hombre así puede decirse en verdad que tiene el deseo de aprender.»
- «Manejado por maniobras políticas y contenido con castigos, la gente se vuelve astuta y pierde la vergüenza. Conducidos por la virtud y moderados por los ritos desarrollan el sentido de la vergüenza y de la participación.»
- Le preguntaron qué era ser un verdadero caballero. El Maestro respondió: «Es quien sólo predica lo que practica.»
- « ¿Qué debo hacer para ganarme el corazón de la gente?» Confucio respondió: «Eleva a las personas honradas y colócalas por encima de las no honradas, y ganarás el corazón de la gente. Si elevas a las personas no honradas y las sitúas por encima de las honradas, el pueblo te negará su apoyo.»
- Alguien preguntó a Confucio: «Maestro, ¿por qué no participas en el gobierno?» El Maestro respondió: «En los Documentos se dice: "Limítate a cultivar la piedad filial y sé bondadoso con tus hermanos, y ya estarás contribuyendo a la organización política." Esa es también una forma de acción política; no es necesario participar forzosamente en el gobierno.»
- «Venerar a dioses que no son vuestros es servilismo. No actuar cuando lo exige la justicia es cobardía.»
- «No puedo soportar la autoridad sin generosidad, la ceremonia sin reverencia, el duelo sin dolor.»
- «Cuando se busca realizar la humanidad, no hay lugar para el mal.»
- «El caballero busca la virtud; el hombre común se apega a su tierra natal. El caballero busca la justicia, el hombre común busca favores.»
- «Quien actúa sólo en aras de su propio interés produce mucho resentimiento.»
- «El caballero aprecia la justicia; el hombre común aprecia lo que le beneficia.»
- «Cuando veáis a un hombre honrado, intentad imitarlo. Cuando veáis a un hombre que no es honrado, examinaros a vosotros mismos [examinad si tenéis los mismos defectos].»
- «Ser rico y tener rango es lo que todo el mundo codicia; pero si la única forma de obtenerlo va contra sus principios, debe desistir de su propósito. La pobreza y la oscuridad es lo que todo el mundo odia; pero si para escapar de ella tiene que ir contra sus principios, debe aceptar su suerte. Si un caballero traiciona la benevolencia, ¡cómo puede hacerse un nombre? Ni siquiera por un momento debe un caballero apartarse de la virtud; se aferra a ella a través de las pruebas, se aferra a ella a través de las tribulaciones.»
Un mundo más feliz es posible gracias al esfuerzo y a la entrega, reenviá este artículo a quien creas que tenga oídos para oír. www.kiai-ac.blogspot.com