Lo inmóvil es fácil de retener. Lo que aún no es manifiesto es fácil de evitar. Lo frágil es fácil de quebrar. Lo pequeño es fácil de dispersar. Trata con las cosas antes de que entren en la existencia. Regula las cosas antes de que se confundan. El hombre vulgar fracasa en vísperas del triunfo.
Si cuidas el final tanto como el principio, no fracasarás.