Al evolucionar hacia una finalidad pacífica y formativa el IAIDO antes de controlar y cortar al adversario busca dominar el propio ego, hacer posible la victoria, o la solución del conflicto sin desenvainar.
El único adversario es el propio ego. El enemigo que visualiza en sus katas es el factor artificial que le permite ejercitar la concentración, el dominio de los gestos, la disponibilidad constante e inmmeidata de cuerpo y espíritu. Para aprender a adaptarse inmediatamente a cualquier circunstancia de lugar, espacio, tiempo y responder a la repentina solicitud o estímulo exterior de la mejor manera posible.
El IAIDO tal y como lo conocemos hoy en día, es una disciplina física y mental, no combatiba, siendo quizá la más filosófica de las Artes Marciales Japonesas, en la que se practica el manejo de la katana. Utilizando el sable como prolongación de nuestro cuerpo, simboliza la necesidad de la orientación espiritual, así como las tres funciones de la conciencia: el pensamiento, el sentimiento y la intuición. La larga historia de este Arte Marcial, está encaminada hacia nosotros a través de la expresión de una gran variedad de formas y métodos donde la síntesis ha sido realizada en el seno de numerosas escuelas japonesas.