En ultima instancia, la religiosidad puede ser vista como una decisión y no
como una obligación, como una más de las muchas elecciones que el hombre
realiza, guiado y ordenado por la conciencia, en pos de encontrar sentido. La presencia ignorada de Dios escrita en 1995, por Víktor E. Frankl encarna la superación de los
límites físicos y mentales del campo de concentración, dónde fuera prisionero, y dónde perdiera a su mujer y padres, pero, fundamentalmente,
encarna la superación de los límites humanos en relación al sentido de la vida,
de la existencia de Dios. Nos enseña sobre un hombre que se trasciende y que debe trascenderse a sí
mismo, que responde y que debe responder a la vida. Nos cuenta sobre un hombre
libre y responsable. Pero, lo más importante, nos hace caer en la cuenta de que
“somos nosotros” ese hombre del que Víktor E. Frankl nos habla. Más allá de sus conceptualizaciones, es un ejemplo práctico de una existencia
responsable.
Pone su profesión al servicio de todo el público -al servicio de la humanidad -, desafiando y desafiándose a pensar más allá de las circunstancias y de sí mismo.
Sus dos grandes aficiones, el ALPINISMO y el VUELO, pueden captarlo tal y como es un alpinista o un piloto, que siempre escala hacia algo más recóndito y vuela hacia algo más alto, superando todo tipo de límite físico y todo tipo de limitación personal.