Erich Fromm |
La vida tiene por sí misma un dinamismo interno. Tiende a crecer, a expresarse, a ser vivida. Parece que si es impedida esta tendencia, la energía dirigida hacia la vida sufre un proceso de descomposición y se convierte en energía orientada a la destrucción.
En otras palabras; la inclinación a la vida y el apetito de destrucción no son factores mutuamente independientes, sino que están en una interdependencia inversa; cuanto más se coarta la inclinación a vivir, tato más fuerte es la inclinación a la destrucción, cuanto más se realiza la vida, tanto menor es la fuerza de destrucción. La destructividad es el resultado de una vida no vivida!!
Si pensás que estás palabras pueden servirle a otra persona como vos. Reenviá este mensaje, mencionando su fuente. http://www.kiai-ac.blogspot.com/
Si pensás que estás palabras pueden servirle a otra persona como vos. Reenviá este mensaje, mencionando su fuente. http://www.kiai-ac.blogspot.com/