"El que entra en su interior,
conoce su naturaleza de hombre.
Conocer la naturaleza del hombre
es conocer el Cielo"*
Dios está en el Cielo, por ello conocer el Cielo es conocer a Dios, y Dios es amor. Vivir en amor es vivir en Dios. Una expresión frecuente es decir: "Esta casa es un Cielo", cuando hay en ella Paz y Armonía porque reina el amor. Y esta otra: "Esta casa es un infierno", cuando abundan las discusiones y peleas. En este ejemplos podemos ver estas dos realidades.
"Cuando se abandona el camino del corazón, se echa a mano de la virtud.
Si se abandona la virtud, se echa a mano de la humanidad.
Si se abandona la humanidad, se echa a mano de la justicia.
Si se abandona la justicia, se echa a mano la ley ritual (que es la ley moral).
...De hecho, la ley natural, que es la ley moral o ritual,
es la cáscara de la fidelidad y de la buena fe,
que es el inicio de desorden"*2
El carbón y el Diamante tienen la misma composición química; los dos son carbono. La diferencia está en la disposición de sus moléculas: El diamante las tiene perfectamente organizadas en poliedros gracias a la cohesión que existe entre ellas. En cambio, las moléculas del carbón aparecen colocadas en un montón amorfo. Por ello, cuando el carbón recibe un rayo de luz vemos su negrura y si la luz llega al diamante nos la devuelve hecha color, brillo y belleza. Las moléculas son como las personas y el elemento que las cohesiona es el amor. En un grupo humano, si no hay amor entre las personas, se respira tristeza, agresividad y repele, solo queremos alejarnos de él. Si la persona vive en el amor irradia belleza, si hay odio en su interior su exterior lo revela. Un grupo humano en donde se viven relaciones de respeto y amor mutuo es alegre y atrayente.
*(Mencius, Obras). *2 LAO TSE, Tao Te King. Compilado y adaptado de la obra de Rosa Ortí Matéu, Templar y Contemplar.